CAPITULO UNO
EL DESTINO ES EL
DESTINO
La Rebeca, su hermana menor no
los había hecho nada de mal, también había tenido lo suyo y como ella es mas
joven y mas delgada, también el cansancio lo había alcanzado y entre rezongos
de la mamá y un
-¡valla nomás m`hijita!-
de la abuela , también había
emprendido el rumbo a la cama , la que se encontraba junto a la de su hermana Herminia,
amiga y confidente, a quien quería y consentía, mas bien ambas se consentían y
se querían mutuamente, en su condición de pobres, de hijas de pescadores, de estudiantes esforzadas, de trabajadoras en
faenas de mar, no había otra que ser mas que hermanas, amigas y confidentes.
Solo
esperaban por el padre, el Juanchito, la
abuela y su mujer, la que con cara ya agria esperaba, fregaba, limpiaba y daba
vueltas por todo lado, como para evitar mas bien estallar sola, antes que
llegue el marido. El Juanchito su hijo, que en
su calidad de lisiado, no le es fácil retirarse solo a la cama, prefería quedarse al ultimo, cuando ya no
hubiera nada mas que hacer, esto porque así se verían obligados de irlo a
acostar, no podían dejarlo solo por allí, él no podía cerrar un puerto o apagar
una luz, así que al menos que lo lleven a su pieza y le ayuden a acostarse
estaba asegurado. Por ello nunca le preocupaba
el acostarse, como tampoco el levantarse, pues nadie se apresuraría en levantarlo
y si el no hacia su máximo esfuerzo hasta podría pasar toda una mañana si comer
encerrado en su cuarto, no es la madre
ni la abuela los que saldrían a su
encuentro en la mañana, y para que hablar del padre, si entre lancha, cantina y
cama no se le conocía mayormente. Nadie sabia a que hora estaría en la una o en
la otra, ni tampoco era posible saber cual de ellos era mas querido, si su
lancha, la cantina o la cama. La familia como muchas de las familias de pescadores pasaban a
segundo plano, y si bien se reconoce el
proveedor del hogar, como todo macho y pecador, da lo mismo si llega con algo a
la casa o solo con una curaera que no se detiene ni parado,
Solo
la vieja abuela y su hija conversan de
vez en cuando, mas bien cruzan cortas
frases que son respondidas por la Ester como escopetazos, se
ve que la rabia sube y sube por sus venas, así como el marido en la cantina
avanza en su curaera, su esposa en la casa aumenta en su rabia y la va
acumulando a cada minuto, el marido había prometido ese día llegar temprano y
traer lo suficiente para parar la olla,
y cubrir todos los gastos indispensables de su casa, porque ya hacia como una
semana que no había aportada nada y solo había llegado por las noches a dormir
su curaera sin ningún peso en los bolsillos, pese a que todos los días se hacia
a la mar para trabajar en lo que viniera.
Aunque
esto no es extraño en ninguna familia de
pecadores, pues para ellos, cada día tiene su propio afán, solo se vive el hoy,
el mañana Dios vera, o mas bien Dios proveerá, ya que con un buen día bien
trabajado fácilmente pueden cubrir todos
los gastos de una familia por varios días,
y bastaría trabajar una semana bien sin gastarse nada, para asegurar el sustento de una
familia por todo el mes , es por ellos
que un día o dos trabajados o no , no es
cosa que preocupe a un buzo, un marinero, o un pescador, da lo mismo un día
perdido que trabajado o tomado.
Si hoy se toma todo lo ganado y se queda sin ningún céntimo en los
bolsillos, mañana se hará a la mar y recuperara todo lo tomado hoy, y basta con
eso para tener la confianza suficiente para gastarse todo los valores que pueden ser vitales para la vida de la
familia, pero que un buzo no ve la urgencia, pues si hoy no tiene pan, entonces
que pida, mañana el mar volverá a proveer y ya habrá lo suficiente para
cubrir lo faltante del día anterior.
º La
mente de
Efraín nunca ha estado muy lucida
y solo le importa trabajar por el día y gastar por la noche, no importa si es
en su casa, en la cantina, en la casa de un amigo, en un prostíbulo o lo que
sea, lo que si sabe es que al otro día al hacerse nuevamente a la mar no habrá
ningún centavo en sus bolsillos, pues lo del día es para el día. Lo malo de
Efraín es que desde hace tiempo le
cuesta cada día controlar mas su ya declarado alcoholismo y pese a ser un buen trabajador se le hace cada día mas
difícil manejar su voluntad entre cantina y hogar, si no fuera por sus hijas que muchas veces lo
van a esperar a la playa y lo llevan directamente al hogar con las ganancias
del día, difícilmente haría ese recorrido solo, para el es mas fácil el camino
de la cantina que el de su casa.
Efraín
ya cayó en el círculo vicioso, ya es un buzo alcoholizado, o bebedor
compulsivo, donde el vino es más importante que la comida. El día para él, comienza muy temprano, tipo
seis o siete de la mañana ya esta en pie, aguijoneado por la resaca del día
anterior, no por su costumbre de hombre
madrugador, es producto de la sed que produce una buena curaera la que lo
despierta por la mañana y con la escusa de ir a ver su lancha, única fuente de
producción de la familia , se viste apresurado, y se va a dar su vuelta por la playa
y por la cantina que queda al paso, donde una caña apagara su sed y su ansiedad
que le impone el alcohol, luego regresar a la casa por un desayuno, si es que
la marea y el tiempo lo permite, porque si es hora de zarpar, bastara con un
par de panes y una botella de vino “pal frio” y los mariscos crudos, con ella se harán a la mar y los primeros
mariscos serán el suficiente desayunó con un par de tortillas y un buen trago
de vino ya están listos para la pega, ya no hay resaca, ni cansancio, ni
fatiga, ni enfermedad , nada, el alma se
les vuelve al cuerpo y la fuerza a su debilitados músculos, ya están listo para
encarar lo que sea, si la tempestad arremete , allí habrá un brazo que no se
doblegara fácilmente. La faena podrá durar todo el día y allí estarán estos
hombres felices de su trabajo, de su vida y de sus logros, por la tarde al volver
a la playa, mojados, con hambre y cansados, difícilmente alcanzara a llegar a
sus casas, si la cantina esta mas cerca y es tan familiar, además que la sed , producto
de los mariscos crudos y el pan solo, esta urgiendo sus gargantas , un vaso de lo
que sea será tan bien recibido que sin este necesario paso, no se podrá dar ninguno mas. Una cerveza, o
una caña de vino apagara su ansiedad y si tienen suerte, voluntad o dos hijas
que lo conduzcan, después de este necesario salvavidas podrá tomar rumbo a la casa , de lo contrario allí
se quedara, y pagara o mas bien gastara todo lo ganado del día por un par de
tragos mas y algo de comer, cualquier cosa
sirve, no importa el precio o si
vale o no vale lo cobrado, solo se necesita comer y tomar, y una vez que no quede un centavo en los
bolsillos enredara nuevamente el rumbo
al hogar solo para dormir, si es que alcanza a llegar a su cama, o quedará amontonado
en cualquier esquina de la casa y con suerte alguna alma generosa le tirara una
cobija, para que el frio no lo haga despertar durante la noche o lo pase a
mejor vida.
Así Efraín
pasa sus días, y esta vez no será la excepción, ya la medianoche a pasado largo
rato y aburridas las mujeres se disponen
a dormir, cuando un golpe como de un saco de papas se escucha en la puerta, no
cabe duda que el hombre de la casa ha llegado, o más bien alguien lo paso a
botar en la puerta de entrada, con seguridad en un estado calamitoso. La rabia
acumulada de la Ester parece descargarse de una y casi respirando a borbotones
se dirige hacia la puerta, y tomando al marido por un brazo, sin ningún
miramiento lo arrastra hacia la cocina, y con una patada en las cotillas
intenta descargar toda su rabia acumulada, y entre sollozos y gritos, le
enrostra tosas sus faltas y con palabras de grueso calibre le insulta y le hace
ver su falta de criterio y su incapacidad como padre y como esposos para
mantener un hogar y que mas vale que se
mande a cambiar en vez de seguir dando molestias a esa casa que con la pobreza luchan todos los días. El pobre
Efraín intenta reaccionar y tratando de
ponerse de pie, en medio de la inconsciencia de la borrachera va hacia la mujer
con la intención de agredirla, pero es tanto su curda que antes que levante los
brazos es duramente vapuleado cayendo nuevamente al suelo como un saco. Allí
queda botado quejándose incoherentemente, mientras que la esposa da la orden de
acostarse y dejarlo allí votado, la abuela solo mira, el hijo espera tranquilo
que lo lleven a su cuarto y la abuela
dando una larga mirada al yerno, decide también irse a acostar.
Por
largo rato se escucho el quejido del borracho, por algunos momentos parecían
quejidos de dolor, otras de delirio, balbuceando palabras incoherentes,
gritando o maldiciendo, aparentemente así
se quedo dormido, y la familia también, solo se despertaron cuando un portazo
en la puerta principal anunciaba que él ya se había ido a la playa. Con la rabia aun marcada en el
rostro la mujer se levanta para ayudar a
sus hijas con el pobre desayuno para que puedan asistir a clases en el único
liceo de la ciudad. Mas tarde trataría de hablar con el Efraín antes de que se
haga a la mar para rogarle por mil y una vez mas que no se tome la palta
y la deje para poder comprar lo necesario para la casa y para sus hijos que tanto
necesitaban.
Mientras
tanto el Efraín adolorido por los acontecimientos de la noche anterior, tanto
del cuerpo como del alma, se dirigió como siempre a la playa para comprobar que
su lancha y sus equipos están allí, pero luego se dirigió a la cantina, donde
sorpresivamente fue violentamente rechazado, pues aparentemente en su curaera
del día anterior había cometido algunos errores que no se lo perdonarían así
como así, y mucho menos se le confiaría un trago gratis para componer la caña,
intentó vanamente pedir excusas pero la reacción de la dueña le dejo claro que
sin plata no podría apagar su sed como ya era costumbre, caminó nuevamente
hacia su casa, pero el recuerdo de la noche anterior, y sus delicadas costillas
le hicieron desistir y sin saber que hacer emprendió el camino hacia su lancha
con la intención de quedarse allí dormido hasta que llegaran sus compañeros,
quienes de seguro lo salvarían con un buen trago y con un poco de pan para matar el hambre que
ya le corroía las tripas. Con bastante dificultad acercó la lancha al muelle, pues no solo sus
costillas se afligían, todo el cuerpo parecía reclamarle y sus fuerzas no eran
las de antes, lo que otras veces podía hacer con una mano, ahora le pedían un
doble esfuerzo. Ya estaba pensando seriamente en asentar cabeza, pues otro día
de perras como ese no lo resistiría, y con el firme propósito de tratar de
cambiar recobro sus fuerzas y haciendo un último esfuerzo puso la lancha a buen
recaudo para poder subir a ella, y sin pensarlo dos veces salta sobre la proa pero al poner los pies en
ella, un intenso dolor en el pecho lo
hace doblarse perdiendo el equilibrio , cayendo
sin remedio hacia el agua, el dolor lo hace llagar hasta el fondo
que no pasaban los dos metros de
profundidad he impulsándose con las piernas va en busca de la superficie, pero
al salir se da cuenta que tanto la lancha como el muelle se han alejando de el
y si quiere alcanzar a uno de los dos tendrá que nadar y sin pensarlo más saca las manos del agua y hace el gesto de nadar, pero un nuevo dolor
lo encoge y en vez de poder nadar el agua lo vuelve a tragar y lo aleja un poco
más de la orilla, desesperado sale a la superficie y pide auxilio, pero nadie
escucha sus gritos, intenta nadar nuevamente, pero todo parece inútil, entonces
se traba en una feroz lucha con su amigo el mar, en quien siempre había
confiado, este lo arrastra y lo separa de la costa, mientras el porfía con todo
su dolor y su fuerza por acercarse a cualquier cosa que lo pueda sostener a
flote, por largo rato lucha mientras pide ayuda cada vez que puede, pero pronto
se da cuenta que su enemigo es más poderoso que él, y que le está pasando la
cuenta su embriaguez, su falta de
alimentos, su insensatez y todos sus errores se le agolpan a la cabeza,
pidiendo una segunda oportunidad, se deja arrastrar por las aguas mientras
intenta mantenerse a flote moviendo si cesar sus piernas. El dolor en su cuerpo
se acrecienta, pero el dolor en el alma
es mayor, piensa en su familia y se da cuenta de lo abandonado que los
tiene, se da cuenta como el alcohol lo ha alejado de lo único lindo y querido que tiene y gruesas lagrimas
se confunden con el agua salada, una profunda oración brota desde su corazón y
con arrepentimiento sincero pide a Dios por él, pide por su familia, por sus
hijas, por su señora, por su hijo enfermo. Pide otra oportunidad intenta llorar per el agua no se lo permite,
intenta gritar pero una pequeña ola anula su intento, pero parece que Dios a
escuchado su lamento, una gran tranquilidad invade su alma, sus dolores
corporales van desapareciendo poco a poco, una especie de somnolencia lo
invade, se deja llevar, quiere descansar y sin pensarlo dos veces cierra sus
ojos, siente que el agua lo mese lentamente, va entrando en un mundo extraño, y
entre las aguas se queda dormido para siempre.
Doña
Ester muy a su pesar, después de un buen rato tomo camino a la playa, mascullando su rabia y su angustia, tenía que
hablar con su marido, ya la cosa se estaba pasando a castaño obscuro, y no sabía si reclamarle con rabia y con energía o doblegando su orgullo y su
rabia suplicar con cautela y con angustia para que cumpla con las obligaciones
de un jefe de hogar, aportando lo mínimo necesario para la alimentación de sus
hijos. Tan ensimismada estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta el
momento en que llego a la playa:
-
¡buenos días
doña Ester!
El saludo lo sobresalto, allí
recién se dio cuenta que ya había llegado al muelle, los hombres que trabajaban
con su marido lo miraban fijamente como
esperando la noticia de la mujer que le indicaría que su marido estaba tan
enfermo (de curao) que no podría trabajar ese día, sin embargo la pregunta fue
otra.
-
¿y el Efraín?
-
No lo hemos visto, nosotros suponíamos que usted nos venía
a avisar que él no podía trabajar hoy.
-
¡No!, si salió temprano, yo solo venía a conversar con
él para rogarle que no se tome la plata
hoy, y a pedirle a ustedes que lo lleven a la casa en cuanto desembarque, antes
de pasar por la cantina, pues en la casa ya no tenemos ni que comer.
-
Nosotros ya lo buscamos por acá y no está, ¿habrá ido para
otro lado?
-
No lo creo, se hubiese cambiado de ropa, yo creo que
anda apagando la sed nomas por allí, búsquenlo y me avisan.
Sin más, Ester emprende el camino
de regreso a la casa, que el borracho de su marido no se presente en su trabajo
temprano no le extraña, mal que mal él
es el dueño de la lancha y por lo tanto no tiene que dar explicaciones a nadie,
tampoco es primera vez que falta a su
trabajo, así es que sin mayor preocupación por este hecho se regresa a casa, su
verdadera preocupación es que va a hacer
para parar la olla ese día. Mientras tanto los trabajadores se miran
sin saber qué hacer, les falta un hombre para hacerse a la mar, pues con o sin Efraín podrían hacerlo, pero antes de buscarse un socio deciden darse una vuelta por los logares más
frecuentes, con el fin más bien de ayudar a doña Ester que la habían visto tan
afligida, pues dejar en tierra a Efraín sería lo mismo que si se tomara toda la
plata de la faena de ese día, sin embargo esta diligencia no dio mayores frutos
y simplemente desistieron, se buscaron un nuevo socio y luego se hicieron a la mar, llevándose la
embarcación, por la tarde al regresar
entregaron su mercadería y la parte correspondiente a los
materiales se lo fueron a entregar a
doña Ester, quien contenta recibió esa tercera parte, pues ara ella era mejor
que si hubiese ido a trabajar su marido, pues difícilmente le hubiese pasado la
parte completa y solo habría logrado algunos céntimos que con suerte le
alcanzarían para parar la olla,
agradecida pero extrañada volvió a indagar por el esposo ausente, a lo
que sus compañeros de trabajo le informaron que no lo habían encontrado y por
ello se habían hecho a la mar sin él, pero que
al regresar tampoco, lo habían encontrado, y solo habían sabido que por
la mañana muy temprano, casi clareando el día
había pasado por la cantina cercana al muelle, y que al no ser atendido
allí , lo habían visto dirigirse hacia el muelle. Las hijas ya habían vuelto
del colegio y mientras esperaban la cena se afanaban en sus obligaciones
estudiantiles, realizando tareas y preparando
la actividad del día siguiente. Solo Rebeca había preguntado por el papá,
Herminia parecía no preocuparle mayormente y nadie más daba señales de preocupación,
Ester llama a sus hijos a la mesa para servir la cena, opípara cena con los
pocos pesos conseguido, Ester puso un
plato para el esposo, pese a que nunca lo hace, pues su hora de llegada nunca es posible adivinarla,
pero esta vez hizo la excepción, pensando quizás en que andaba viajando
y llegaría con el ultimo bus de la tarde,
pero no fue así, terminada la cena y
lavado ya los platos, la mamá un tanto preocupada mando nuevamente a sus hijas a que salgan a
buscar a su padre, y ella misma recorrería algunos lugares más frecuentes y
cercanos, pero luego de una larga
búsqueda y de muchas preguntas a Efraín parcia habérselo tragado la tierra o más
bien parece habérselo tragado el agua, pues nadie da noticias de él y solo la ultima testigo que lo vio ese día insiste en que lo vio dirigirse al muelle muy
temprano y que más tarde escucho unos gritos, pero solo le parecieron gritos de curado que con la mona viva y sin
un trago para reparar su alcoholismo gritaba para desahogar su ansia por un trago
de vino, por lo que ella no puso cuidado
en esa situación y no vio
nada que le parezca fuera de lo
normal. Sin embargo este hecho despertó
la sospecha en una desgracia y pronto sus amigos comenzaron una búsqueda un
poco más minuciosa, pues no dejaba de ser extraño que el Efraín no aparezca, pues alcohólico
podía ser, pero nunca faltaba a la pega y mucho menos a la cantina, además si
lo habían visto dirigirse al muelle, no sería raro que hubiese sufrido alguna
accidente, pues no sería ni mucho menos
el primero, ya varios habían cobrado la vida en él, pues la corriente en ciertas
horas de marea se hace sentir, y con una buena curda como la que anda a
trayendo el pobre de Efraín, perfectamente pudo haber sufrido una desgracia. Ya
pasada largamente la media noche, no había ninguna señal del hombre y varios de sus compañeros llegaron hasta la
casa de Ester que esperaba por alguna noticia, ahora ya se podía percibir
preocupación en los rostros de los hombres
tanto que las niñitas que ya se
habían acostado al sentir las voces y el
tono de misterio que se le daban , se levantaron apara indagar que noticias
habían de su padre, pero no había
ninguna noticia alentadora, y aunque
todos trataban de no darle importancia aduciendo a una nueva historia de
curados, no podían disimular que algo andaba mal y que la incertidumbre hacia más
estragos provocando una situación nerviosa que a nadie agradaba. Sobre todo a
Ester y su familia quienes tenían un mal
presentimiento de esta historia y luego
de un rato, convencidos que esa noche nada más se podría hacer, decidieron ir a
dormir, para juntarse muy temprano al día siguiente en el muelle.
La
noticia había cundido durante la noche y
por la mañana toda la comunidad estaba en el muelle, el único tema era la desaparición
del Efraín, y después de cotejar todas las versiones posibles, se pensaba
seriamente en una desgracia, pues alguien mas había escuchado los gritos por la
mañana y mas que gritos de curado, le parecieron gritos de auxilio. Pronto
llego la Ester quien comprendió de inmediato que algo pasaba, pues todos sus
vecinos ya estaban en el muelle, llego hasta el final donde estaba atracada la
lancha del marido y allí luego de un
breve silencio , sus amigos que trabajaban en la lancha le comunicaron que
saldrían a buscarlo en el mar, pues
sospechaban una desgracia, pues después de haberlo buscado por todos
lados y por las conversaciones de los vecinos,
mas de alguien escucho gritos pidiendo auxilio y ahora existe casi la
seguridad que pudo haber sido el Efraín que pudo haber resbalado y caído al
agua al tratar de abordar su lancha. Pronto todos se organizaron y tres grupos
saldrían hacia la playa recorriendo cada uno un sector, mientras que las embarcaciones
comenzarían a rastrear palmo a palmo
todo el rio, mientras la familia indagaría
con sus parientes, por si hubiera viajado a algún lado, aunque nadie lo había
visto en los buces o en algún vehículo particular abandonando el pueblo. Sus
hijas habían llegado al colegio como costumbre, pero pronto se dieron cuenta
que lo miraban como bichos raros, por lo que decidieron conversar su caso con
el director y solicitar permiso para volver a casa
hasta que se solucione la desaparición del papá.
Desde
temprano los vecinos y amigos comenzaron a llegar a la casa de Ester, ya sea
para inquirir alguna noticia o para ayudar a la familia y darle consuelo, sin
embargo el regreso de las niñas de clase precipitó el duelo, el llanto de la
menor fue seguido lentamente por la
hermana, por el lisiado que casi abandonado en una esquina tragaba saliva para no ahogarse con su pena y su
abandono, pronto la madre fue invadida también por esta pena que
irradiaba desde sus hijos, porque aunque no hubiese sido el modelo de marido,
había sido su hombre por demasiado tiempo, y aunque el alcohol había hecho estragos e en la vida de pareja, ella se
había casado enamorada y había tenido unos retoños hermosos a los que nunca le había faltado nada, muchas
veces pasaban por estos periodos de
sequia o de alcohol, pero siempre había
un despertar que traía nuevamente paz tranquilidad y todo lo indispensable para
una familia, pues nadie que trabajara y
dependiera del mar para su sustento, se podría decir que era una persona
miserablemente pobre, a lo mas experimentaban la pobreza como cualquier vecino
que en algún momento le puede faltar algo para la subsistencia, sin embargo
todos los pescadores, buzos mariscadores o recolectores tenían más bien un buen pasar. Mucho mas holgado que otras familias de
obreros o trabajadores sin oficio, pues
a estos sí que le costaba muchas veces parar la olla. Pero no solo la pena por
la pérdida de su hombre invadió a Ester, de pronto le llegó a la memoria todo
lo vivido el día anterior, el trato que
le había dado, y como un mazazo , lo tiros sobre un sillón y con una pena inmensurable comenzó un
llanto, silencioso en un principio pero pronto fue aumentando su tono hasta
convertirse en un profundo lamento, sintiéndose culpable de los acontecimientos,
pues ella con su actitud y con el mal
trato dado el día anterior , había precipitado
los hechos, pues ni siquiera un
plato de comida había servido al desgraciado, y en vez de acogerlo y cobijarlo
en su casa lo había tratado como un
perro, y lo había dejado tirado , humillado y vapuleado en el piso, sin ninguna
protección ni consideración para el pobre diablo. Y seguramente eso había hecho que el Efraín se hubiese ido a refugiar en su lancha, cayendo al mar
debido a su curaera.
Resulto
difícil consolar a la Ester, quería seguirse sintiendo culpable, pese a que nadie más apoyó su teoría del desamor, del desprecio efectuado el día
anterior, de el rechazo a golpes dado al
padre de sus hijos, del desencanto y deslealtad con su marido, pues todos apostaron
a que ella era una buena mujer y que hizo lo que debía
hacer y que no era primera vez que hacía lo mismo, pues el Efraín había
tenido el mismo tratamiento cientos de veces y nunca había pasado nada, es más
, normalmente después de pasada la curaera
ni se acorvaba de lo sucedido, por lo
que todos insistían en que fue cosa del destino y de su mala vida por culpa del alcohol y que ella no tenía
ninguna culpa y que por el contrario
todas las mujeres de pescadores hacían lo mismo. Pero las palabras de
sus amigas parecían no causar mayor efecto,
su pena se acrecentaba cada vez más, pues no sabía que haría ahora, como
continuar con su vida, sin el proveedor del hogar, el llano parecía ser su
único consuelo, la única que se mantenía
impávida era la abuela, que pese a que
se le había escapado una lagrima al ver sufrir tanto a su hija, con un rápido movimiento de la manga había
pasado a otra cosa y con un no te
preocupes hija la vida tiene que seguir , comenzó a ordenar tos trastos de la cocina,
para hacerla mas cómoda y funcional,
y pronto ella, había tomado las riendas
de la casa y lo comenzó a preparar para lo peor. Una larga espera por un
cuerpo, cosa que el ríos siempre se
hacía mucho de rogar por entregar su presa, o para en el mejor4 de los casos un
velorio rápido que haga pasar el trago amargo, pues al dolor y al infortunio de
los pobres, sobretodo de los pecadores
no hay nada que hacerle, solo sufrir, llorar, poner pecho al frente y volver a empezar.