EL
MOLINO DE AGUA
construcción muy similar a los antiguos molinos Chilotes |
Los últimos molinos
de agua que se conservaron estuvieron funcionando hasta mediados de este siglo y por allá por
los años de 1950 o 60 aun se podían encontrar algunos, aunque solo por
romanticismo, ya que en la práctica ya estaban obsoletos y era más fácil
conseguir la harina viajando al pueblo que yendo a un molino de agua existente.
Estamos hablando de
un molino de agua de rodezno o también conocido como molino de agua chilote,
pues existían otros molinos de agua pero que eran de paleta o de rueda, y que si bien el concepto
era el mismo los primeros eran provenientes de la cultura española o turca mientras que los de rueda eran de la cultura
holandesa o alemana. La gran diferencia estaba en que el de rodezno giraba
desde abajo hacia arriba en forma vertical, mientras que el de paleta gira
desde afuera hacia adentro en forma horizontal.
Este molino chilote
contaba de tres partes esenciales, la casa ermita, el chifle y la toma. La casa ermita o casa de
molienda, era un galpón de tejuela levantado en la parte mas baja posible de
terreno y sostenida por gruesos troncos a modo de apoyos o pilares, en algunos
casos y si el molino debía ser apreciado, esta casa contaba del molino propiamente tal ,
compuesto por sus dos grandes piedras movidas por el rodezno, al lado un
espacio con los cedazos, de diferentes grosores y tipos según el producto que
se quiera extraer, afrecho, afrechillo, harina morena o integral, harina blanca,
harinilla, o harina flor. Este espacio estaba impecablemente limpio y
contaba con suficientes bateas o artesas y sus respectivos cedazos o
cernedores. Hacia el otro lado había siempre un especio a modo de bodega con un
espacio para el trigo en saco o la avena y otro para el producto a granel. Al frente y a prudente distancia para no
estorbar en las faenas de la molienda generalmente de ubicaba un pequeño fogón,
donde siempre había fuego ardiendo y sobre el una tetera de fierro con agua
caliente, pues si la molienda era abundante, podrían pasar muchas horas y se
haría necesario tomar unos mates con la visita o una chicha caliente entre los
varones. Además hay que considerar que normalmente se iba al molino en los días
mas malos del invierno, esto porque había que recoger el agua de lluvia para la
toma, con el buen tiempo disminuía el agua y era mas productivo otras
actividades en el campo, que por lo demás nunca faltan y lo que se podía hacer
bajo techo se dejaba para los días malos. La molienda era una de ellas.
Entonces alrededor del fuego se colgaban las mantas, para que estén secas a la
hora de partir.
La otra parte del
molino era la toma , que se ubicaba estratégicamente en un lugar que pueda contener abundante agua
y que este ubicada mas alta que la casa
ermita, en ella se construía un tranque
o represa, lo suficiente mente fuerte para contener suficiente agua que haga
funcionar el molino, muchas veces estos eran pequeñas lagunas, no tan profundas
pero que tenían como origen de sus aguas alguna corriente de algún estero o
vertiente, mas las aguas lluvias que pudiera contener, a mayor caudal, mayor
cantidad de horas de trabajo. Si la toma era pequeña muchas veces había que
suspender las faenas y esperar a que esta recobre su caudal , al centro de la
toma se ubicaba la compuerta principal que daba al chifle o desagüe, acequia
normalmente revestida de madera que dirigía su chorro preciso sobre las aspas
del rodezno, esta compuerta se accionaba
a través de una palanca de madera la que levantaba o bajaba una pesada puerta
que de deslizaba entre dos gruesos troncos y que podía ser fijada a cualquier
altura con tarugos que se introducían en orificios dejados para la ocasión,
dependiendo de la cantidad de agua que se quisiera dejar caer sobre el rodezno,
permitiendo de este modo dar mayor o menor velocidad a las piedras que
ejecutaban la molienda. Normalmente cada toma
contaba con una o dos compuertas de emergencia, las que permitían el
libre escurrimiento de las aguas para cuando estas superaban los limites
necesarios y amenazan con llevarse toda la represa. Lo interesante de esto era
que muchas veces el agua se descargaba de un momento a otro y en invierno fácilmente con un día lluvioso
obscurecía el día como a las cuatro de
la tarde , así es que para las 10 o las 12 de la noche ya van muchas horas de
sueño y de obscuridad, pero cuando el agua caía a raudales a esa hora ya
peligraba la represa y si el dueño no había tomado la precaución de dejar las
compuertas abiertas, tenia que levantarse
e ir a abrirlo, esto que parece fácil no lo era tanto, pues hay que
considerar que llueve torrencialmente por ,lo que la manta
de seguro ya esta empapada (estamos hablando de tiempos en que aun no se
inventaban las parkas y tampoco había aparecido el polietileno) pues había que
ponérsela i salir para quedar pasado hasta el cuero, pero llegar a la toma
tampoco era tarea fácil, no existían las ,linternas ni las pilas, y al única
forma era un farol con una botella y una vela o un hachón, (leño encendido a
llama viva que iluminaba el camino) pero con un día pésimo de invierno
difícilmente alguno de estos implementos servía, a lo mucho aguantaban prendido
algunos pasos y el resto había que enfrentarlo en la mas completa obscuridad,
luego accionar las palancas que con la lluvia y la presión del agua tampoco era
tarea fácil , y aunque no tengo antecedentes de algún muerto en estas faenas si
se de varios chascarros que rayaron entre la vida y la muerte.
Por ultimo queda el
chiflón o desagüe que generalmente corría a tajo abierto como una acequia la que se reforzaba con madera cuando era
necesario, con el fin de darle mayor flujo al agua, para evitar el roce y la
perdida de esta por filtración, esta corría en un plano inclinado y descargaba directamente en las aspas del
rodezno, esta mayor o menor inclinación permitía
una mayor fuerza del agua que se descargaba sobre el rodezno la que a su vez
era regulado por la compuerta de la toma, esta combinación era la que permitía
una mayor o menor tiempo en horas de trabajo como también de uso de las aguas almacenadas.
Hay que entender que si este era un
medio de producción, lo optimo era que tenga una mayor potencia con el menor
gasto de agua, pues el agua era el único
limitante del molino, y aunque este fuera un bien renovable esta no podía
agotarse, porque en un tranque donde hay miles de litros si este se acaba, no
se recupera de inmediato, pese a lo lluvioso
que fuese nuestro territorio en
esta parte tan austral de chile
que es nuestro Chiloé.
Una de las piezas
maestra de este molino era el rodezno, el que se fabricaba con una sola pieza de madera de laurel,
madera que tiene la particularidad que no se pudre en el contacto permanente
con el agua sino que por el contrario de mantiene verde. Con ella se fabricaba
una gran rueda de aproximadamente un
metro de diámetro, generalmente con ocho
rayos o aspas en forma de “s” invertida,
las que se tallaban sobre uno de los lados de la rueda dejando estas aspas sin perforar como una especie de sobre
relieve en la rueda de tronco, por el centro de este rodezno se hacia pasar el
huso , un firme estacón de luma o melí, que se fijaba en la tierra sobre una
piedra apropiadamente ahuecada para que
el huso, pueda girara sobre su eje, quedando el rodezno de laurel a no mas de
15 o 20 cm sobre esta
piedra base, la otra parte del huso pasaba por sobre el piso y las
piedras de moler y se ajustaba a un
acople que tenia la piedra superior generalmente en forma de mariposa, la
piedra inferior que se mantenía fija,
tenia unos pequeños surcos que
permitían que el trigo que caía sobre la piedra superior fuese
acumulándose entre ambas piedras, las
que ya en movimiento trituraba los granos y los convertía en harina. Luego
pasaba a los cedazos para obtener los subproductos, afrecho, harinilla, harina
o harina flor.
Las piedras las obtenían
partiendo rocas de granito a puro cincel, luego la moldeaban y nivelaban
manualmente a cincel, lo que significaba
un gran trabajo y una gran maestría, para
lograr que estas piedras funcionen,
estén equilibradas y balanceadas,
tengan espacio suficiente para instalar
el rodezno, el propio rodezno con el
huso era una pieza de gran precisión y maestría, en fin todo el conjunto se transformaba en
una obra maestra, de gran simplicidad
pero de mucha precisión y detalles admirables que hoy en día , pese a
los adelantos tecnológicos, seria casi imposible de reproducir para un
campesino común y corriente que vive del trabajo de la tierra.