domingo, 30 de noviembre de 2008

VALORES Y CONTRAVALORES


ETELVINO AGUILA OJEDA


“Ser o no ser”, esa es la cuestión, esta frase tan antigua y conocida, a la que hoy ya no sabemos ni quien lo dijo, ni porque, ni cuándo, sigue siendo punto de partida para muchas reflexiones, hoy cuando la cultura moderna descansa en el “poder absoluto de la razón” y confía en que su existencia será resuelta por la ciencia y la tecnología, en que nada que no se pueda probar científicamente tiene algún valor, ahora cuando el hombre se siente liberado de todo tipo de ataduras, morales, sociales y espirituales. Cuando más aparentemente progresa el hombre, va siendo cada vez mas bloqueado en su expansión libre y plena de su ser.

Para muchas personas los valores de la sociedad moderna está en someterse a su orden y servicio en base a proyectos y expectativas, ignorándose a sí mismo, caminado por la vida sin percibir la de otros, comunicándose sin comunicarse, hablando sin que nadie escuche, y escuchan solo lo que ellos hablan, sin una relación real, ni con ellos mismos, ni con los otros, ni con Dios, cayendo definitivamente en una trivialidad y empobrecimiento personal casi ingenuo pero alarmante. Por otro lado si alguien osa cultivar la vida del espíritu, se le califica de inmediato como evasión, o retrogrado, antiguo, pacato, cartuchos y una seria de calificativos mas que inhiben cualquier deseo de cultivar una vida interior para superar esta mediocridad. Entonces nos quedamos con una fachada exterior que mostramos al mundo como trofeo o una vida interior que guardamos al mundo como pecado. Como resultado logramos un hombre de fachada, pero inmensamente vacíos, que no dan ni reciben nada, simplemente caminan y giran por la vida. Otros construyen su yo, fuerte y poderoso, pero inauténtico, cualquier persona puede darse cuenta de la falsedad del discurso, ellos mismos lo saben, saben que su vida es apariencia y ficción. También los hay aquellos que cultivan un aspecto de la vida, descuidando dimensiones importantes de la existencia, suelen ser buenos profesionales, personas cultas y de prestigio, organizadas, sin embargo corren el riesgo de fracasar como seres humanos. Hay algunos, raras excepciones pero las hay, en que valoran la vida, y para crecer necesitan del ser humano, necesitan adentrarse en su propio misterio, llegar al corazón de la la vida, donde sienten el ataque que sufre la vida desde fuera y desde dentro, entonces buscan una “fuente de luz y vida”, la que va perdiendo el hombre moderno, porque es necesario “darle sentido a la existencia”, para hacerlo, integran de alguna manera a ésta ya dislocada ciencia y tecnología que quiere desplazar al hombre del centro de la razón. El hombre no busca otra cosa que vivir de manera digna, ser feliz con lo que es, saber con cierta certeza “desde donde” y “hacia donde” va dirigida su existencia.

Y que tienen que ver los valores en esto, mucho, porque los valores no se pueden medir científicamente, no se pueden probar fehacientemente, no están en la preocupación del ser humano. Es más fácil hacer la vista gorda y decir que la ciencia tiene la razón que sentir la culpa y buscar el origen del mal y destruirlo. Enfrentar nuestra propia culpa es la que cuesta, o nuestra propia vida si es necesario. Es mucho más fácil decir, julano de tal es un pobre hombre enfermo de sida”, que decir. “julano de tal, esta enfermo de sida por ser un tal por cual, que se metía con quien se le cruzara por delante “ entonces la culpa no es del hombre. Si no del mal. Es más fácil decir, “ miren , otra prostituta”, que decir, “quien fue el desgraciado que prostituyó a esa mujer”. En el fondo no medimos el valor del desvalor. No lo distinguimos, tener Internet en su casa es signo de prosperidad, pero si pone la palabra sexo, le figuraran 100 paginas de pornografía y difícilmente una definición de la palabra sexo. Asi se juega con los valores, hay personajes que se muestran como ejemplos de amor, porque han tenido varias, muchas, relaciones fracasadas, ninguna relación de amor. Quién entonces nos enseñara, la fe, la esperanza, la caridad, el amor al prójimo, la lealtad, el honor, la templanza, etc. ¿Cree Ud. que la ciencia y la tecnología?

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