Para entender estos términos digamos que el mito es un hecho que se recrea
constantemente, y como se sucede una y otra vez va tomando características
diferentes. en cambio la leyenda es un
hecho trascendental, histórico, generalmente telúrico, que no se volverá a
repetir, como ejemplo podemos mencionar
la leyenda del “Cai-cai vilu y de Ten-ten Vilu”, que en una
pelea colosal formaron las islas de Chiloé,
pero ellos ya no volverán a pelear, en cambio “el Caleuche” es un mito,
porque sigue apareciendo y cada vez que aparece, lo hace con características
propias, es decir quien los describe como espectador del barco Caleuche, lo
describirá según su entendimiento, según lo que vio o imagino ver- por tanto un
relato nunca será igual a otro, solo conservaran las características básicas.
Por
otro lado la leyenda tiende a explicar hechos que serian difícil de
explicar sin un conocimiento científico,
así en cambio en forma fantástica se cuenta un cuento que tiene características muy particulares, en
donde el ser humano es parte importante, pero no hace la leyenda, generalmente
es favorecido por ella, aunque sea el quien
inspire un sentimiento que haga nacer la leyenda. En cambio el mito es
permanente, no es un hecho pasado, este se repite en el tiempo, y normalmente
tiende a justificar o explicar ciertas conductas que deben ser observadas o
justifica conductas que sin la mitología no serian aceptadas, toleradas o se
volverían un peligro para el propio
humano y para su convivencia.
Ejemplos:
El Caleuche:
evita perderse en el mar.
El Trauco:
permite aceptación de la infidelidad
La
Pincoya: permite la conservación ecológica
El
Camahueto: permite el asentamiento humano en zonas no peligrosas.
Si
observamos los mitos, leyendas y costumbres de Chiloé desde una mirada antropológica,
nos podemos dar cuenta de la tremenda sabiduría
que encierran, aunque el mito parezca estúpido. Esta es una
característica del chilote, al cual todos pertenecemos de una forma u otra, el
verdadero chilote es ese que aparenta
estupidez, mientras que por dentro tiene una tremenda sabiduría, cuando
nosotros nos reímos de ellos, ellos se
han reída ya diez veces de nosotros .
Cuando yo llegue e Chiloé, lo primero que hice fue
comprarme un gorro de lana y unas medias chilotas, para parecerme a ellos, y me
costo como un año darme cuenta que los chilotes usaban “parkas montañas”,
“zapatillas Nike” y “calcetines fiorucci”,
que molían manzanas a vara, mientras en sus muñecas deslumbraban
hermosos relojes “orient” y en la cintura portaban teléfonos de ultima
tecnología y los únicos estúpidos que nos comprábamos el cuento eran estos “afuerinos
con gorritos de lana”
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