sábado, 28 de febrero de 2015

EL CUENTO DEL TRAUCO

mural de los niños de Chacao, Chiloe, nótese la tremenda
diferencia de la visión chilota con la del resto de Chile

EL CUENTO DEL TRAUCO
La Alicia, o la Icha como le decían sus padres se había puesto crecidita y el Pelluco en la escuela le había echado el ojo, ambos fueron creciendo juntos y a los 14 ya estaban listo para matrimoniarse, pero las cosas  nos serian tan fáciles, cuando sus padres supieron de este romance, los novios la sacaron bien salada, el castigo que recibieron fue para ambos con la coyunda de los bueyes, pero esto no quebranto su amor, sino que por el contrario, solo fueron mas cuidadosos y reservados y apenas cumplieron los 18 el Pelluco se busco unos padrinos y sin esperar mas  fue a la casa de su amada a pedir la mano de la Icha. El novio no tenía más que una mano por delante y otra por detrás, pero si se le conocía como fiero para el trabajo.
            El suegro sorprendido no quería aceptar esta relación, pero el Pelluco se vía muy formal y el solo quería una oportunidad, ofreció irse solo a la argentina y no volver por su mujer mientras no reuniera suficiente fortuna  para darle una buena vida  a la Icha. Al final logro casarse con la chiquilla que quería y luego de consumar el matrimonio y haber hecho gozar  a la niña de todos los placeres de la carne tomo sus pilchas y se fue para la Argentina, dejando al cuidado de su suegro su esposa quien además tendría que hacerse cargo de sus gastos como si nunca se hubiese casado.
            Nadie supo nada mas de el, no llegaron noticias de ninguna parte y se había perdido todo rastro, solo se suponía que seguía trabajando en Argentina, destino único de todos los chilotes que querían hacer fortuna o desaparecer para siempre de su tierra. Como a los dos años recibió una carta la flamante esposa, que por, mano había manado el Pelluco, diciendo que estaba en Neuquén y que estaba bien, trabajando y reuniendo toda la plata que podía, que lo espere, que pronto volvería. Así pasaron otros tres años sin saber nada de su amado Pelluco.
            Mientras tanto la Icha vivía con sus `padres, llegando ya a los 20 o 21 años, convertida en toda una mujer, hermosa  y radiante, habiendo conocido los placeres de la carne y ahora condenada a esperar, con tristeza a veces y cansada de esta espera interminable, mientras muchos muchachos la rondaban  incansablemente en forma permanente, tanto que ya no resistía a la tentación del sexo,  y el Pelluco que no daba señales de vida, casi no quedaban motivos para seguir luchando y resistiéndose. ¿Y si el Pelluco no volvía? ,  ¿Y si estaba muerto por allí?, ¿y si vivía con otra mujer?, ¿y si nunca volvía? ¿Ella tenia que dejar pasar todas las oportunidades que la vida le brindaba?
            No seria mejor aprovechar alguna oportunidad, “echar una canita al aire”, tener un consuelo porsiaca el Pelluco no vuelva, y mas que eso, tener un hombre con quien rehacer su vida, la que después de cinco años de espera, ya no da pa” mas. Y más vale irse olvidando del Pelluco.
            Así va pasando poco a poco de la mujer esposa en eterna espera, a la joven y encantadora mujer que es, sin un hombre a su lado y asediada por los muchachos, busca quien lo acepte bajo sus condiciones, es decir convertirse en amantes sin compromisos, al menos hasta que su familia y la de Pelluco decidan dar un plazo perentorio para que el Pelluco regrese o se de por muerto y pueda buscarse otro marido.
            En el intertanto la mala suerte o buena suerte, según  como se le mire, permite que ella quede esperando y allí vienen todos los problemas y todas las interrogantes, entonces hay que tomar una decisión: “el hijo es del Trauco” y no hay preguntas ni terceros involucrados, solo el Trauco es culpable. Pero el Pelluco el día menos pensado vuelve y se encuentra con la sorpresa, su niña que está mas linda que nunca, tiene un hijo, y este es del Trauco, es decir no hay culpables, solo él por dejar tanto tiempo sola a su mujer, no hay amigos ni enemigos, no hay traidores ni hechores, no hay engaño ni engañados. Ahora solo tiene que sopesar en su propia conciencia, si acepta este hijo del Trauco, sin preguntas y perdona a su mujer esta infidelidad, si lo ama lo suficiente para aceptar esta condición y realizar sus sueños, por los cueles se había sacado cresta y media trabajando y ahorrando en Argentina, y hace de este hijo su propio hijo,  o simplemente no acepta esta  situación, arranca la verdad a la familia, lava su honra, almejar con su mejor amigo o con su  propio  hermano y luego se vuelve a la Argentina y esta vez para siempre, dejando de paso que este “hijo del Trauco” que es inocente tenga a un padre, o a su “verdadero” padre.



Nota: para el chilote la palabra empeñada no tenia vuelta atrás, si alguien daba su palabra, esta palabra se respetaba aunque en esto se juegue la vida, este mismo principio se usaba en otras circunstancias,  como era el caso del Trauco, pues si por razones de convivencia a un hijo era preferible negarle el padre, se le negaba y simplemente se le declaraba hijo del  Trauco, como también sucedía en el “quelcún”, pues usando la palabra mágica, la persona era acogido y socorrido, aunque fuera un bandido, un desalmado, sin embargo mientras se mantenía esta condición de quelcún ambos debían protegerse y respetarse mutuamente,

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