martes, 10 de marzo de 2015

EL YOCO

            
El yoco si bien es cierto es el resultado de un reitimiento, no tiene nada que ver el uno con el otro, aunque sean congruentes.
Es decir, mientras el reitimiento corresponde a una faena campesina, a un trabajo especifico, el faenamiento de un cerdo, el “yoco”, producto del reitimiento corresponde exclusivamente a una “función social”, a una fraternidad entre parientes, comunidad o familiares.
Se han hecho estudios en Chiloé  en donde algunas comunidades mantenían un sistema de “yoco comunitario” en donde una serie de vecinos de un sector o comunidad, celebraban una fiesta religiosa, un “santo” o una “fiesta patronal” y para ello destinaban un cerdo que se hacia todo yoco y este yoco se hacia llegar a todas las familias de esa comunidad, ricos o pobres. Parientes o conocidos, amigos o enemistados, todos recibían su yoco, y de este modo todas las familias, por lo menos una vez al mes podían comer carne y productos ricos en proteínas derivados de esta, pues era seguro que unas vez al mes al menos recibirían un yoco de alguien, esto era tremendamente importante para las familias de extrema pobreza, pues no solo ayudaba a su sustento sino que muchas veces este yoco era un poquito mas grande para ellos, cuando se podía y así podían asegurar su subsistencia. Aparentemente este sistema lo organizaron los jesuitas mas de 400 años atrás, de tal modo que para junio por ej.: se celebraba san Juan (24 de junio) entonces quien hacia “yoco” era Dn. Juan Barría  y esta familia Barría seguía celebrando por siempre san Juan, mantenían el nombre de generación en generación y siempre entonces se celebraba san Juan en la familia Barría, ellos organizaban la novena  con el fiscal de la comunidad y el día de san Juan se hacia el remate con yoco y si una familia no llegaba, sin importar la razón. Se le hacia llegar su yoco igual, con los vecinos que participaban del la novena o se enviaba a un emisario especialmente para que entregue el yoco.
            En junio le tocaba el turno a la Sra. Carmen Mansilla, quien por supuesto organizaba la fiesta y novena de Ntra. Sra. Del Carmen (16 de julio), en Agosto le llagaba el turno a Dn. Ramón Andrade (san. Ramón 30 de agosto) y así sucesivamente  mes a mes se buscaba un santo apropiado y se asignaba a una familia para que lo celebre año a año.
            Mas tarde por diferentes razones esta costumbre se fue perdiendo, y se dejaron de celebrar los santos con sus respectivos yoco, pero el yoco se mantuvo entre parientes y amigos cercanos, así cada familia se esmeraba en engordar un cerdo, `para una vez al año hacer un yoco con sus mas cercanos, así las familias mas queridas siempre recibían muchos yoco, quien  no esperaba un yoco  de sus padres, de un tío querido, de sus padrinos, de su vecino amigo, de un hermano- y así como algunos salían de estos yoco otros entraban generando un circulo y manteniendo la tradición, aunque solo sea en la parte del reitimiento y yoco, para ir dejando de a apoco de lado el  sentido religioso de fraternidad y caridad cristiana con los mas necesitados. Así cada cual se esmeraba dentro de sus posibilidades en engordar su cerdito, para invitar también él con un yoco a sus seres queridos, a sus mejores amigos.
            También dentro de este esquema se celebraron las fiestas patronales o religiosas por lo que no era raro que un yoco este relacionado con un santo, un san José, san Juan, san Antonio, las Carmen, las tránsitos, Sta. Marta, Sta. Cecilia o Sta. Ana y tantos otros  que la familia o comunidad celebraba, muchos de estos santos fueron adquiridos por las mismas familias y depositados en las capillas donde esta  misma familia velaba por su mantención, de donde mas tarde se derivaron las patronas de Santos. Que hoy persisten en las comunidades rurales.
            Hay que considerar que estamos hablando de otros tiempos, en que el dinero no lo era todo. Cuando los vecinos compartían y se ayudaban mutuamente. Cuando se pedían o intercambiaban días de trabajo, se  prestaban una taza de azúcar o un plato de harina, cuando se iba al molino y se dejaba la “ molienda” , cuando se buscaba a la vecina para un día de trabajo en la huerta y se le pagaba  con azúcar, yerba, pan, carne, papas y cuanto esta vecina mas necesitada pudiera necesitar.  Cuando  no era necesario ir al pueblo especialmente por un poco de azúcar o un litro de agua, cuando nuestra existencia no dependía del supermercado.
            El yoco en este esquema representaba un gran signo de unidad, de cariño, de amistad, de respeto, de solidaridad. En resumen de “profunda humanidad”, un buen yoco, no era un plato como muchos creen, era un canasto que contenía sopaipillas saladas y dulces, chicharrones, milcaos  fritos, tragua o cuero de chancho, prietas de coles,(no de sangre) carne fresca, y en algunas zonas también se incluía pan, este variaba entre pan con chicharrones, pan de sangre condimentado, o pan blanco normal.
            Resumiendo, el yoco  entonces se desprendía del reitimiento, pero el reitimiento  es la faena, el trabajo con el cerdo el buscar el mejor  aprovechamiento de los productos y subproductos del faenado del cerdo, mientras que el yoco  es el gesto de regalar, de convidar parte de esta faena agrícola  a un familiar, a un amigo o a alguna persona necesitada, cosa que era normal ayudar al necesitado, ahora somos todos independientes, no necesitamos a nadie, no conocemos a una familia necesitada, todos aparentan tener, y el yoco solo paso a ser un plato de comida que se vende en una fiesta típica o folklórica.

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