lunes, 13 de julio de 2009

LA SORPRESA DEL CALEUCHE (2a. PARTE)


ETELVINO AGUILA OJEDA

Estamos a mediados de julio del 2007 es invierno en Chiloé y es tan duro como todos los años, hoy no es un día diferente a muchos otros, amaneció lloviendo y las nubes parecen querer jugar con la ciudad de Ancud. Una espesa nube baja tanto que hace desaparecer al cerro Huaihuén y se mantiene apenas por sobre los techos de la población Bonilla, en un giro del viento otra nube parece descolgarse desde el mar y va envolviendo toda la costa de Fátima, para luego detenerse en Bellavista, cubriendo definitivamente los cerros y dejando apenas visible el sector de Caicumeo. Mientras que en el centro de la ciudad parece ser todo mas lento, el humo de las chimeneas revolotea encabritado, mientras el agua y el viento arrecia por momentos, y los pocos clientes que entran al comercio, primero esperan que el agua se escurra hasta los pies y entonces recién cruzan el umbral de las tiendas, esto para no inundarlas con tanta agua que se cuela por todos los rincones.
El puerto se cerro temprano, ninguna embarcación menor se podía hacer a la mar, y los buzos y pescadores recorren silencios sus embarcaderos, buscando acomodar mejor sus embarcaciones, reforzar sus anclajes para que puedan capear con mayor tranquilidad el mal tiempo desatado. Luego empapados se dirigen a algún bar cercano para sacarse el resfrió según dicen, con un buen vaso de vino. Como a las 15 horas la estación meteorológica de Faro Corona , principal centro de comunicación y enlace de la armada, da la alarma de temporal para la noche y solicitan a todas las embarcaciones buscar refugio ya que se estiman vientos superior a los 120 k/h. Aconsejando que se varen las embarcaciones menores. Rápidamente comienza un inusitado movimiento en el puerto y muchas embarcaciones son varadas mientras que otras son llevadas al río Pudeto, buscando mejores fondeaderos para capear el temporal. Pronto el viento y la lluvia arrecia y la noche se hace complicada para todos los habitantes de la ciudad. Los buzos y pescadores permanecen alerta en el muelle y establecen turnos para vigilar las embarcaciones durante toda la noche. Las olas se hacen sentir y se abalanzan estrepitosamente sobre la isla Cochinos , pequeña isla inhabitada a escasa distancia de la desembocadura del Pudeto que protege la entrada del río sirviendo de paredón para el viento norte. Frente a ella la playa de Mutrico donde funciona el pequeño parque industrial de Ancud con algunas fabricas salmoneras y concerveras, entre ellas la mas importante de todas “Cultivos Marinos Chiloe” que no para su faena ni de día ni de noche con mas de un centenar de empleados.
Esta fabrica para sus faenas normales tiene instalada bombas que succionan agua salada desde la playa Mutrico hacia sus diferentes faenas, las que son alimentadas y revisadas cada cierto tiempo desde la fabrica, esa noche de julio alrededor de las 3 de la mañana deben efectuar una revisión de las bombas y pese al mal tiempo, se hacia mas urgente esta revisión, así es que se dirigen a la playa una persona de mantención acompañado por dos guardias de la planta, al llegar a la playa ven un barco de bastante calado capeando el mal tiempo muy apegado a la isla Cochinos, les llamo la atención lo bien iluminado que estaba, por lo que las bromas comenzaron de inmediato con el Caleuche, ofreciéndose unos a otros para ser sus marineros, sin embargo un frío les recorre la espalda cuando en una ola mas grade de lo habitual el barco parece poner proa hacia la playa, vuelven rápidos y silenciosos y entre broma y broma cuentan su aventura a sus compañeros y como habían visto al Caleuche. En la siguiente ronda entre 4 y 5 de la madrugada un nuevo grupo acompaña al personal de manutención un poco intrigados por este barco, pues ellos también quieren ver el espectáculo, cosa que por lo demás no tenia nada de extraordinario, pues no era la primera vez que un barco capeara un temporal en esa posición y las luces se encendían como medida de seguridad ya que esto permite una mejor visibilidad en el momento de tener que maniobrar, estos nuevos trabajadores contemplan extasiados el barco y también hacen bromas y mas confiados se regresan a sus faenas. Mientras tanto los pescadores que custodian sus embarcaciones en el muelle que queda justo hacia el otro lado, a unos tres kilómetros de Mutrico, también ven desde su posición aquel barco y nada les llama la atención a no ser por sus abundantes luces, pues muchas embarcaciones habían buscado fondear en el Pudeto pero un barco de ese calado le hubiese sido muy peligroso cruzar la barra y en la imposibilidad de dirigirse a fondear en el golfete de Quetalmahue el mejor lugar para capear un temporal era sin duda la isla Cochinos.
Al clarear el día el tiempo parece disiparse, el viento se calma y solo el oleaje mantiene firme su postura de zarandear a todo lo que se le ponga por delante. El turno de la salmonera termina a las 8 de la mañana y al abandonar la fabrica se dan cuenta que el barco que capeo en isla Cochino ya habia zarpado, pues no habia ni señas de él. Uno de los trabajadores que habia presenciado en la noche el espectáculo, movido por la curiosidad llamó a la Capitanía de Puerto de Ancud para saber que barco habia fondeado esa noche en la isla, cual no seria su sorpresa cuando le informan que ningún barco habia fondeado en dicho lugar, pues ellos no tienen ningún registro, y nadie podría estar allí sin que ellos lo sepan, por tanto le solicitan a este hombre que concurra a la capitanía de puerto pues podría tratarse de alguna embarcación ilegal que clandestinamente se introdujo en el canal de Chacao para capear el temporal. Luego de una extensa declaración del trabajador incluyendo los nombres de todos los testigos, los marinos quieren corroborar su versión de estos hombres y se dirigen al muelle para ver si alguno de los pescadores podía confirmar esta versión, la que fue nuevamente corroborada con lujo de detalles, coincidiendo sus relatos en todo con el de los trabajadores, incluyendo el detalle que nadie vio cuando arribo a esa posición, como tampoco cuando abandono su fondeadero.
Movidos por lo inexplicable del caso, la capitanía de puerto se contacta con la base de faro Corona, pues esta base es la que debe regular el transito de todo tipo de embarcaciones de Talcahuano al sur y no hay ningún barco o embarcación menor que navegue en mar abierto o en aguas interiores que no sea contactado y autorizado por esta estación rastreadora . cual no seria su sorpresa al ser informados desde Corona que ningún barco habia surcado aguas del Chacao esa noche y que no habia ningún barco en transito a la altura de Chiloé y todo el relato de los trabajadores y de los pescadores era imposible y absurdo, pues no existía ninguna evidencia de aquello. Mientras la noticia corre como reguero de pólvora por el pueblo, la capitanía de puerto se contacta con otras capitanías de la región para ponerlos en alerta por posible barco ilegal en la zona, sin embargo éste nunca apareció, nunca más se supo de él, nadie más lo divisó, y así como llego desapareció misteriosamente, dejando solo tras de si la misteriosa estela del barco Caleuche.

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