jueves, 23 de julio de 2009

AL RESCATE DE LA VENTRUDA


ETELVINO AGUILA OJEDA

Por años me ha motivado la curiosidad por la cultura, espacialmente la chilota en la que vivo inmerso, y he logrado aprender bastante de ella; una de las cosas de alta atracción de la cultura chilota, por su hermosa estampa, eran sus lanchas, conocidas como las “ventrudas” que dieron fama a Pacheco Altamirano , Wistuba , Rojas Quijada y a tantos otros que la retuvieron para siempre en la pintura y en la fotografía.
Recuerdo cuando niño haberlas “vivido”, en Angelmó, en Calbuco, en Carelmapu, en Ancud, pero como eran parte de nuestro propio ser no le dimos mayor importancia, era una embarcación mas, una poderosa embarcación que de su abultado vientre parecían reproducir en forma interminable, leña, papas, verduras, mariscos y pescados, pero de un día para otro desaparecieron y aunque se sabía que quedaban algunas en algunos remotos lugares ya no prestaban ningún servicio real, y solo se usaban como pontón. Pero luego en la década del 70, mientras el gobierno militar ensalzaba todos los valores relacionados con el patriotismo, se lanzo en Puerto Montt la “Regata chilota” una impresionante regata a vela con lanchas chilotas, lo que despertó de inmediato al autentico marino chilote que se había dormido en estas tierras, muchas de las lanchas aun existentes en esa época fueron reparadas y refaccionadas y varias mas se fabricaron en diferentes astilleros rurales, con la más pura tradición y cultura del chilote. Se llegaron a contar alrededor de 15 lanchas chilotas, que con su hermosa figura y sus velas al viento volvieron a desafiar los mares de Puerto Montt a Chiloé. Pero un desafortunado paso en la regata permitió que compitieran junto con las lanchas chilotas, algunos veleros, y estos de inmediato desplazaron a las lanchas, convirtiéndose rápidamente la “regata chilota” en regata de veleros patrocinados por grandes capitales y por famosos navegantes, donde las humildes y pobres lanchas chilotas no tenían nada que hacer por lo que regresaron humilladas y derrotadas a sus puertos para morir para siempre. Muchas fueron desmanteladas y convertidas en embarcaciones de pesca artesanal, con otra forma, con otra estructura despareciendo para siempre la “ventruda” que fue.
Viví 18 años en Chiloé entre los años 80 al 2007. y en todo ese tiempo nunca mas vi una lancha chilota en ninguna parte, y las veces que consulte por ellas se me informó que en algunos lugares remotos, se conservaban algunas. Pero ya no navegaban, solo se estaba esperando que el tiempo las destruya y las haga desaparecer para siempre. Cual no sería mi sorpresa cuándo por motivos de trabajo llegué a Calbuco el 2007 y me encontré con una lancha chilota varada en la playa Leymo. Hice mis averiguaciones y me informe que esa lancha había participado en las regatas chilotas y que su dueño la mantuvo en uso hasta hacia muy poco y que la había varado para repararla, sin embargo han pasado dos años y he visto como esta lancha sigue varada y como se deteriora día a día y que si no se hace algo y pronto esta desaparecerá para siempre y posiblemente con ella la ultima lancha que realmente navegó estos mares y que realizó las mismas faenas que dieron origen a estas lanchas. El ultimo vestigio real y verdadero de una lancha chilota.
He sabido que su legitimo dueño ya no piensa en repararla por su alto costo y lo más probable es que la desarme y la convierta en leña, sé que la única forma de rescatarla seria comprándoselo a su dueño y luego restaurarla y conservarla en un lugar apropiado para la posteridad, pero ¿quien puede solventar este gasto? ¿la municipalidad? ¿la empresa particular? ¿el estado? Seguramente la municipalidad apoyará dándonos las facilidades para su conservación y alo mejor facilite alguno de sus prados o áreas verdes para una exhibición permanente. Postular a algún fondo concursable a estas alturas es imposible y a la vuelta de un año de seguro esta embarcación habrá desaparecido para siempre.
Por otra parte como dijo alguien por allí, la cultura “es intangible” y lo material es “el envase” de este patrimonio. De que nos sirve conservar una lancha si no se conserva su patrimonio, por lo que se requiere que junto con su conservación y restauración se desarrolle en paralelo un profundo estudio antropológico de esta importante parte de la cultura chilota. ¿Pero como se financia?. Hay que considerar también que el alma de un patrimonio es la comunidad y de nada nos sirve tener un patrimonio, tener un legado, tener un objeto tan valioso, si no tiene alma, por tanto necesitamos que esta conservación e investigación sea difundida en la comunidad y en toda la zona de investigación. Y todo esto tiene un alto costo, al menos de un par de decenas de millones de pesos, hay que calcular costo de la embarcación, costo de la investigación y costo de la restauración, se que hay en Calbuco personas clave si se quisiera y hubiera alguna posibilidad de rescatar este valioso patrimonio cultural.
Recurro a ustedes, a cada uno de nuestros lectores, pues podrían conocer alguna fundación o algún contacto que permitiera hacer algo por esta embarcación, pues en las condiciones que está no creo que se mantenga mas allá de 3 o 4 meses más, hace un año todavía flotaba con las mareas, ahora ya esta varada definitivamente y el agua se le cuela hacia dentro, dejándola empozada entre sus tablas lo que hace que se precipite su corrosión y deterioro. Este es el momento de salir al rescate de la “ventruda” y dejar para siempre este hermosos patrimonio como símbolo y atracción turística de Calbuco, que de seguro si la podemos rescatar y ubicar en un lugar de privilegio, se convertirá rápidamente en un gran valor adicional y atractivo turístico que dará mayor valor y relevancia a esta vilipendiada isla de las aguas azules.

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