miércoles, 28 de octubre de 2009
CIEN NUMEROS NO SON NADA
POR : ETELVINO AGUILA OJEDA
Que el Calbucano llegue a su numero 100, sin duda es una hazaña, para nadie son fáciles los primeros cien días, los primeros cien años, las primeras cien plantas, los primeros cien saltos, pero el ciento, tiene su magia, pasados los primeros cien, parece que lo que viene ya es como dicen algunos “pan comido”, pero en este caso no es tan fácil ni tan simple, no se trata de repetir por otros 100 números mas un producto de consumo, se trata de hacer de cada ejemplar un producto nuevo, que tenga su propio sabor y color, el problema radica en que está dirigido las personas que en su gran mayoría ya no sabemos ni porque ni para que vivimos. Nuestro mundo de hoy se he llenado de pequeñas y grandes cosas que pugnan por hacernos cómoda la vida, el confort y la comodidad en nuestros hogares, la industrialización y la tecnificación invaden día a día la poca vida personal y privada que nos va quedando, esto nos ha llevado a una nueva crisis fundamental, radical , vital, que atraviesa el corazón del hombre, mas allá de sus fundamentos políticos, morales económicos y culturales.
Pues es en este ambiente donde el Calbucano debe abrirse un espacio luchando con miles de cosas y productos mucho mas atractivos y muchos mas fáciles de suministrar, porque en ultimo termino éstas no te llevan a ninguna parte y así sigues viviendo tu mundillo de confort, comodidad, teologizado donde no vale la pena luchar por nada porque todo da lo mismo, y lo que es peor, no hay que buscar nada porque no hay nada que encontrar, remitiéndonos a un cansancio cultural donde aparece el escepticismo, lo superficial, lo paradójico, lo ridículo, lo superfluo, como una condición para no hacer nada, por nada y para nada.
Pues es aquí donde este periódico se atreve y dice otra cosa, hay algo que decir, hay algo por que luchar, hay algo que mejorar, algo que destacar, algo que mostrar, informar. Hay que convencer, hay que valorar, denunciar, develar. Hay que colaborar, es necesario gastarse y desgastarse en busca de una nueva oportunidad, de una nueva formula que le permita a toda una comunidad, a todo un pueblo encontrar nuevos derroteros para no sucumbir en la inercia, y la única forma de lograrlo es demostrar que algo se mueve, o alguien se mueve, y que este los hace con agrado, con alegría, con optimismo, y que hay muchos que no se dejan estar o no se dejan derrotar por la pasividad de la nada, por el descanso del descansar confortable, donde todo invita a sumar ocio, ocio ineficaz y no productivo, porque la otra cara de la medalla es precisamente aquellos que gustando, viviendo y gozando del mismo confort de las pequeñas cosas, de la misma comodidad de la tecnología y de la industrialización hacen del ocio un espacio reflexivo, activo, creativo, eficaz que los lanza con una fuerza renovada y con mayor seguridad y convicción hacia nuevos derroteros que les permita servir y que le permita dar un sentido mucho mas profundo a su vida.
Esto es lo que se muestra en cada edición del periódico, el devenir de la ciudad, pero también el devenir de las personas, de las organizaciones, de sus ciudadanos, sus autoridades, sus principales referentes religiosos, políticos, económicos, de su quehacer deportivo, educacional, cultural, en fin, todo eso que nos dice día a día que Calbuco aun no ha caído en el cansancio cultural, aun hay un segmento importante de la población que tiene un motivo para hacer algo y que lo hace con agrado y que avanza día a día, esa es la realidad captada en las paginas del periódico que quiere mostrar a los demás que estamos vigentes, pero para una ciudad que tiene mas de 400 años, cien números no son nada, serian así como editar uno cada 4 años, se imaginan cuantas cosas nunca se sabrían, cuantas cosas nadie recordaría, por eso es tan importante un medio escrito como este, porque es la conciencia ciudadana que va mas allá de nuestro propio metro cuadrado. Ojalá esta misma conciencia ciudadana sirva para que sean muchos mas los que se sumen y obtengamos del Calbucano un producto eficaz, permanente y constante en el tiempo que acorte las distancias entre numero y numero que nos lleve a comunicarnos a retro alimentarnos , para emprender día a día y no vivir presos del ocio, el sedentarismo, del conformismo, del derrotismo que nos lleva a no hacer nada, por nada y para nada.
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