viernes, 9 de octubre de 2009

JUSTO TENIA QUE CANTAR EL PAJARO CONDENADO.



Etelvino Aguila Ojeda

Justo tenia que cantar el pájaro condenado, justo ahora cuando la Meche se puso malita, es verdad que ella siempre ha estado un poco malita, pero nunca dejo de hacer sus cosas y cada día daba risa verlo como peleaba con sus gallinas y sus perros.
Los perros solo salían corriendo y aullando, pero las gallinas armaban tremendo alboroto, con aleteos y cacareos, algunas lograban safarse de los varasos que les aforraba, y si alguna quedaba dando vuelto en tierra, esa de seguro llegaba a parar a la cazuela, a no ser que amparada por su sexto sentido se parara a tiempo y arrancara de las garras de la Meche.
Pero hoy sin previo aviso comenzó a toser y toser y su tos se volvió interminable, cuando comenzó a ponerse roja, ya nosotros nos preocupamos, y le dimos primero agüita, luego azúcar, pero la tos no paraba, luego un tesito cargado de eucalipto, una manzanilla y nada, la tos seguía , habia que recurrir a remedios mejores, porque aunque se alivio un poco con tanta infusión, seguía respirando con mucha dificultad y en cada momento le sobrevenía un ataque de tos, la Clara que se cree la mas entendida en remedios caseros, preparo un lavatorio con hierbas medicinales y le hecho agua caliente , mientras caloraba en la cocina a fogón unas piedras para que una vez que están calientes se colocan en el lavatorio y la enferma debe recibir ese vapor, con ellos se debería batir en retirada la rebelde tos que no quería dejarla en paz, y mientas las piedras estaban a punto la Clara masajea la espalda de la Meche con sus infusiones calientes que parece algún alivio le daban a la enferma.
Todo parecía ir bien, pero un poco antes del atardecer un nuevo ataque de tos lo estremece por largos minutos, luego volvió a colocarse roja y mas roja y de forma imprevista arroja una bocanada de sangre que dejo helado a todos los presente. Una nueva tos y nuevamente un vomito de sangre, esto pereció descongestionarla y una tranquilidad se apodero de su cuerpo, mientras recobraba poco a poco su color normal, pero algo pasó porque su semblante siguió descolorándose y su tranquilidad se volvió somnolencia, su cuerpo paso de la tranquilidad a la laxitud y su cara del pálido al blanco. Definitivamente la Meche se habia enfermado de un rato para otro y lo peor es que se habia puesto muy mal en cosa de horas y ahora justo cuando caía la noche y cuando ella parecía dormir sosegada, viene ese maldito chuncho y canta casi sobre la casa, en el árbol de pellín que se dejo para la sombra de los perros. Su canto tan infernal y agorero no pudo llegar en mas mal momento, fue como un mazazo a toda la familia que se quedaron helados y con el espanto marcado en los rostros y solo atinaban a persignarse una y otra vez mientras que la Meche respondía con un nuevo ataque de tos y con el rostro desencajado, pues adivinaba que el chuncho habia ido por ella. Rápidamente todos disimuladamente salen de la pieza y solo queda la Clara con la vieja, pues todos los demás entienden que esto es mal agüero y que si no hacen algo y rápido el chuncho podría cobrar su pieza, así es que lo primero fue dispararle al maldito pajarraco con una bala pasada por sal, mientras otros colocaban una tijera abierta en cruz sobre la puerta, al fogón de la casa se echaron a quemar algunos ajos y en cada ventana se coloco una cruz de agujas ensartadas en un pequeño diente de ajo, mientras que sobre la plancha de la cocina a leña se quemaba el laurel bendito del Domingo de Ramos. Cruces de madera se levantaron en los cuatro puntos cardinales de la casa.
También se dejo caer leche sobre el fuego y por ultimo en la cocina a fogón se quemo afrecho con sal. Y ya no se podía hacer nada mas, solo prepararse para lo peor, pero mientras haya vida hay esperanza, así es que mientras las mujeres balbucean un rosario . lo varones proveen de suficiente leña para amanecer despiertos y abundante chica caliente para encarar la fea noche. Para le enferma se prepara una buena sustancia de pollo, bien hervido y bien condimentado, el que se servirá solo con harina tostada, dicen que no hay mejor remedio para un moribundo que un buen caldo de pollo con harina tostada.
El silencio se hace tenso en la basta noche campesina, y todos se preparan para una noche en velas, es difícil adivinar como seguirá la Meche, después del platito de caldo que hasta pidió repetición, cayó en un profundo sueño y aunque seguía con tos y con la piel mas blanca que la cera, dormía profundamente. La dejan descansar y la familia se retira a la cocina y solo la vigilan sigilosamente y cada 5 minutos alguien se turna para vigilar su sueño. La noche se torna pesada y el silencio se hace cada vez mas sepulcral, solo de tarde en tarde es sacudido por el ladrido de un perro o por el canto del queltehue. Pero el calor de la cocina mas la chicha y la sopita de pollo van surtiendo su efecto y uno a uno se van quedando dormidos, al clarear el día todo el mundo duerme abatidos por la larga noche. Un cacareo de gallinas ensordecedor los despierta y sobresaltados se ponen al unísono en pie, unas palabrotas típicas de la Meche parecen escucharse desde lejos, un escalofrió los paraliza, todos piensan que el alma de la Meche le avisa de su ultimo suspiro, todos corren al dormitorio , pero no hay nadie en la cama. Entonces una risa brota espontánea de todos los presentes. La Meche ya esta nuevamente pelando con sus gallinas.

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