sábado, 12 de agosto de 2017

EL CALEUCHE, UN BARCO MUY CHILOTE.-

La leyenda de un barco fantasma no es muy particular que digamos, en muchos países y continentes se conoce de alguna leyenda  del algún barco fantasma  que aparece y desaparece,  muy bien  iluminado y con alegres  melodías bailables, con regias mujeres y marinos alcohólicos que parecieran vivir solo para pasarlo bien y que si desembarcan y tocan tierra firme se convierten en seres casi monstruosos o deformes y repulsivos apara el común de los cristianos.
                Si hasta el perla negra de los piratas del Caribe, no es otro que nuestro humilde Caleuche. Pero con una gran diferencia.  La leyenda  del  Caleuche tiene como objetivo único y final, salvar o mas bien salvaguardar la vida del navegante chilote, y no tiene otro objetivo que hacer huir de su paso al navegante y hacer volver a sus casas a los aventureros que se arriesgan en los campos o playas de tal modo que se vean obligados a buscar refugio, ya sea en una casa, una cueva, una choza o por ultimo algún refugio improvisado que le permita pasar la noche. Lo importante es que detengan su andar y se protejan  y no se aventure a perderse para nunca regresar.
                Si regresamos al origen de la leyenda,  podemos asegurara que cuando llegaron los españoles a chile ya existía Chiloé y ya estaba poblado. Tenían su cultura, su idioma, su propia idiosincrasia. Pero también tenían sus leyendas, sus mitos. Y entre estos estaba el Caleuche. Pero cual era el trasfondo de este mito. ¿Por qué, y para que se había inventado?bueno, Chiloé es un archipiélago, es decir son muchísimas islas, muchas mas de las que uno puede conocer o reconocer normalmente,  y alrededor de cada una de estas islas hay abundante pesca y mariscos, y sus tierras son todas cultivables, aunque el pueblo chilote no se distinguió precisamente por su  agricultura, si lo hizo como eximios navegantes y pescadores y recolectores, aunque las papas y el ajo, traspaso varios siglos hasta nuestros días.  Sin embargo no tuvieron otras gracias, como la minería o la alfarería o la ganadería. Hay que considerar que para la llegada de los españoles prácticamente no se conocía el uso de metales sin embargo hay importantes  y reconocidas embarcaciones como las dalcas. El único instrumento de navegación del chilote era su visión y su conocimiento del mar. Y el peligro más grande, era sin duda quedar atrapado en medio de una neblina en mar abierto. Cualquiera que navegue en medio de una neblina, podrá comprobar lo terrible que es encontrase en esta situación, sin saber hacia donde se navega, la desorientación es absoluta, tanto que usted puede  ir navegando a gran velocidad y da la impresión que ni siguiera se avanza. Pero con una neblina cerrada, también usted se puede desorientar en el campo o en una playa y por mas conocido que sea el camino de regreso a su hogar, fácilmente puede perderse y no regresar  jamás. Por ello para este pueblo disgregado en cuanta isla encontraron, era de vital importancia  mantenerse navegando, pero  alejarse de todo peligro de la navegación sobretodo del peor de ellos que era la neblina, entonces inventaron el cuento. El mito comienza con la neblina, se enseña que en las tarde, cuando una suave neblina comienza a visualizarse a lo lejos por sobre el mar o sobre los campos, es señal que ese día pasara el Caleuche, es el aviso previo, para que sea despejado de inmediato el paso del barco, entonces los botes deben volver de inmediato a puerto y los recolectores o agricultores o caminantes (incluye a los amantes furtivos) deben regresar a sus hogares.
                El único propósito del mito era proteger a los chilotes de la muerte en el mar, el mar es muy traicionero y tiene cientos de forma de acorralar a un navegante en una pequeña y débil embarcación a remos. Un piedra, una ola, una corriente, un bajo, una acantilado, un viento, una tormenta y tantas otras forma de destruir una embarcación y una vida, sobretodo si este navegante no puede ver por donde navega, si no sabe cual es el norte o el sur, si no sabe que le espera un metro mas adelante. Este es el real peligro y para un chilote que pierde la vida fácilmente en el mar, un día cualquiera, mucho mas probable es que lo haga en medio de la niebla, en medio de la noche y sin saber en que punto esta por la neblina. Entonces la mejor forma de proteger a padres, hijos,  hermanos, maridos, amantes o lo que sea, es manteniéndolos  muy cerquita y en casa en días o noches de niebla. Pero indudablemente que el  ser humanos desde siempre ha sido porfiado,  envalentonado, testarudo, arriesgado, imprudente, pero por sobretodo porfiado y no bastaría con que un anciano de la tribu o de la comunidad le enseñe y les pida que en día de niebla no se hagan a la mar, pues jamás obedecerían esta advertencia.  Entonces la única forma de hacer que respeten esta enseñanza y no arriesguen su vida, es apelando a sus dioses y a sus miedos, entonces viene todo el resto de le leyenda, cada cual que lo cuenta a los suyos va agregando detalles a sus miedos, cada anciano repite la historia y agrega algún detalle extra, muestra algunos hechos concretos, como lisiados o personas con malformaciones congénitas como estos marinos que lograron desembarcar del Caleuche, pero no te puedes acercar a ellos porque puedes  acarrear la maldición o ser reclutado en la próxima pasada del Caleuche.
                El mito es  muy hermoso y escucharlo en  boca de un anciano chilote aun mas, ver como cada persona  agrega o quita algún detalle, pero por sobretodo ponerse ellos en primera persona, como fieles testigos de una leyenda, que han visto, que han vivido, que han vencido, que han estado allí, pues como dudar de un padre, de un abuelo, de un tío que nunca a mentido, que le ha enseñado a ser personas nobles y rectas en la vida. Que no tienen nada que esconder, personas amadas y respetadas. Pero que padre para salvar la vida de un hijo, no mentiría si fuera necesario.

                Lo curioso de esta mitología chilota es que esta sigue vigente, año a año se sigue renovando, y aunque hoy en día ya se puede navegar aunque la neblina esté cerrada, y nada parece detener al ser humano y sus  insaciables deseos  de conquista, de explotación y exploración o su insaciable apetito de dinero. Aun así se sigue viendo al Caleuche, sigue recorriendo las islas  y día a día alguien lo divisa en algún día de tormenta o en alguna noche de soledad en el medio de la nada.

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