Calbuco tiene un punto de máxima
peligrosidad y máxima sensibilidad en el piedraplen, vivir en el filo de la
navaja o bajo la espada de Damocles es un chiste en relación al eminente peligro que encierra
este piedraplen. Para quien no conoce Calbuco podemos decir que Calbuco “es una
isla” separada del continente `por el canal Caicaen, pero por allá por los años
60 sus pobladores decidieron unir la
isla al continente en el punto mas angosto, con un piedraplen, es decir
colocando piedra sobre piedra, hasta lograr unir ambas orillas permitiendo la pasada de personas y vehículos
por este angosto y sensible paso.
Lo que muchas personas creen ver un
puente que une Calbuco con el continente, en realidad es un “piedraplen”, y
nadie ni siquiera sospecha que tan peligrosos es este paso, algunos testigos de
este magno acontecimiento, que yo considero en forma personal como la ultima
gran obra de los Chilenos, pues este fue el ultimo gran trabajo realizado a
puro pulso, sin prácticamente la intervención de la tecnología, y donde no hubo
Calbucano que no colaborara de una o otra forma para lograr este cometido. Muchos
testigos de este magno acontecimiento que aun viven hoy, comentan como se logro y uno de los relatos que hacen
es el de la impresionante corriente que se produjo al acercar ambas orillas,
colocaban una roca y esta salía volando por la fuerza del agua, nunca habían imaginado
la impresionante fuerza que traía cada marea, en estas aguas que ellos veían
siempre quietas y casi dormidas. Pero después de arduo trabajo y grandes rocas lograron su cometido, lograron separar
las aguas y dejar que los Calbucano a pie seco cruzaran el canal
Caicaen, como nuevo pueblo escogido. Con
el tiempo se realizaron nuevas obras
sobre este piedraplen, se asfalto, se insertaron postes de alumbrado publico.
Se construyen pasarelas `para peatones, y hasta este momento a resistido bien
todos los embates del tiempo, del clima y los movimientos telúricos, pero
¿hasta cuando resistirá?
Este punto también es desde siempre
el blanco de las protestas de los Calbucano, cada vez que alguna organización o
agrupación de personas quieren protestar por algo, el punto de encuentro y de
protesta obligado es el piedraplen, y es el lugar indiscutido para las
protestas de los pescadores y recolectores, todo hombre de mar que se precie y
que movido por algunas circunstancia a de llegar a la protesta, esta debe
hacerse en el piedraplen, me toco vivir por varios días la protesta de los
pescadores merluceros del 2014, una de las mas impresionantes de los últimos
tiempos, grandes embarcaciones pesqueras
a ambos lados del piedraplen, con sus anclas incrustadas entre las rocas y con
resistentes lazos, amarradas a los postes de la luz, mientras los neumáticos
arden en media de la calzada impidiendo el paso de vehículos y personas, sin duda que una protesta de
pescadores es lo mas temido en cualquier
parte, la frialdad, el arrojo, la
voluntad y la fuerza inquebrantable, con la que enfrentan el mar y la muerte,
no los amilana cuando han de enfrentarse a una fuerza policial o de
represión o contención en una protesta,
por ello siempre una protesta de pescadores puede traer lamentables
consecuencias. Eso lo sabemos muy bien los que habitamos en Calbuco y sabemos
hasta donde pueden llegar si se les provoca.
Pero
para esta protesta de pronto llego un
fuerte contingente de fuerzas especiales de carabineros, con guanaco y zorrillo
incluido, vehículos que solo se habían visto en las noticias de la TV. En
Santiago, todo Calbuco se volcó al piedraplen, cientos de personas repletaban
la costanera y otro cientos de personas tomaban palco en los cerros circundantes,
pues esto muy pronto se convirtió en un espectáculo. Los días anteriores al
arribo de las fuerzas especiales, si bien el transito estaba interrumpido en el
piedraplen, el movimiento de personas era incesante, lo que permitía un normal
comportamiento de la población, los buces llegaban y salían de la rivera norte
del piedraplen y los colectivos mantenían sus movimientos a ambos lados de la
isla, lo que significaba una normal y
cotidiana convivencia. En lo personal me tocaba cruzar a pie al menos seis
veces al día entre las barricadas y las hermosas lanchas de pescadores que
ahora lo teníamos al alcance de la mano, sin ningún problema, íbamos y volvíamos sin contratiempos, todos
nos conocemos nos respetamos y nos apoyamos, pero de pronto estas tan granadas
y beligerantes fuerzas especiales, trocaron todo esto, seguramente obedecían
ordenes, pero también debe haber, creo yo, en cada persona, un mínimo raciocinio,
un mínimo dialogo, una mínima búsqueda de aunar esfuerzos para buscar puntos de
acuerdo y de salidas de un conflicto. pero en este caso parecía ser todo lo
contrario, de inmediato fueron al choque y sin mayor contemplación pasan
barriendo de un extremo a otro el piedraplen, y por supuesto la reacción de los
pescadores no se hizo esperar, llueve de
todo sobre el piedraplen y sobre estas “fuerzas especiales” y que usando su
acostumbrada “fuerza” desconocida para nosotros, atacan a los pescadores, pasadas varias escaramuzas
y vistas las fuerzas de cada grupo,
ambos bandos retroceden y aparentemente
sopesan cada uno sus pasos antes de actuar.
Son
claras las ventajas y desventajas de ambos grupos, para las fuerzas
especiales el zorrillo no tenia mayor
efecto, ya que el viento del mar se llevaba rápidamente los gases y estos no
afectaban a nadie, pues las personas estaban mas bien lejos del piedraplen y
lejos del la trayectoria de los gases y los pescadores tampoco eran afectados
pues en sus lanchas no hay problemas. Tampoco resultaba el lanzamiento de
bombas lacrimógenas, pues estas caían al
agua y era demasiado grotesco e inmoral tirarlas directamente sobre las
embarcaciones y aunque pese al repudio de toda la población congregada, aun así
lo hicieron, esto tampoco dio mayores resultados porque rápidamente con una
patada la lacrimógena terminaba en el agua. Por otra parte los pescadores se
dieron cuenta que no contaban con elementos apropiados para responder la provocación
de las fuerzas especiales. Pues no tenían proyectiles apropiados como huevos,
frutas u otro elemento no contundente, y de los contundentes había piedras pero
si eran muy grandes no llegaban al piedraplen y si muy pequeñas no servían de
nada. Además se necesitaba abastecimiento de comestibles y bebestibles, por lo
que una posta de botes o chatas de desembarcos, (de no mas de 1.5 mts.) se veían
escurriéndose como ratones por entre las embarcaciones.
Luego de usadas varias de las
estrategias y visto el poco efecto causado, los ánimos se calmaban y cuando
todo volvía a la calma y la gente comenzaba a retomar su quehacer cotidiano,
entonces provocativamente, los vehículos de fuerzas especiales junto a piquetes
de ellos se desplazaban de un lado a otro del piedraplen, entonces comenzaba la
rechifla y comenzaban llover los proyectiles sobre el piedraplen. Se detenían
en uno de sus lados y nuevamente los Calbucano comenzaban a circular,
manifestando su apoyo a los pescadores y
seguros de no recibir ninguna agresión,
pues acá todos nos conocemos. Pero cuando todo parecía normal, nuevamente estas
fuerzas especiales pasaban por sobre el piedraplen repitiendo la maniobra, en
una clara manifestación de molestar y
provocar, como para justificar su presencia, pues sin ellos, estas protestas
aunque duras son manifestaciones de amigos que mas parecen horas de relajo que
de protesta dura por mejores reivindicaciones, tanto así que en una protesta
pasada, nada podía pasar por el piedraplen, “solo el camión de la cerveza”, eso
si no podía haber desabastecimiento…indudablemente que nos dimos cuenta que las
“fuerzas especiales” son especiales para provocar y armar jaleos donde no las
hay, y son sus intervenciones las que gatillan los desmanes y los desmadres de
una protestas. Nuestros carabineros, los carabineros de Calbuco, miraban muchos
de ellos incrédulos de cómo se manejaban sus “coleguitas” de las fuerzas
especiales.
Lo que nunca nadie supo o al menos
solo un reducido grupo de vecinos que se mostraban terriblemente angustiados y
preocupados, era que las fuerzas especiales
no siguieran provocando mayormente a los pescadores, sobretodo a los que
tenían amarrados poderosas lanchas en postes de luz sobre el piedraplen, pues
ellos sabían que tirando y desestabilizando un poste y una piedra, la terrible
presión del agua que se ejerce sobre el piedraplen borraría de una plumada esta mole y la mayor desgracia se cerniría
sobre Calbuco dejándola inmediatamente aislado y desconectado del continente,
sin luz ni agua, y seguramente con muchas perdidas de vidas humanas.
Las “fuerzas especiales”
,desconocedoras seguramente de esta terrible realidad, no encontraron nada
mejor que provocar a los pescadores y al pueblo reunido, y para ello cada
cierto tiempo pasaban de un lado a otro del piedraplen, con un carrao blindado
y un grupo de fuerzas, solo `para que
sean pifiados y repudiados por los pescadores haciéndose acreedores de
una lluvia de proyectiles, como buscando encontrar en estas protestas una
justificación para actuar con mayor
rudeza, haciendo uso de su fuerza, de su superioridad, de sus armas,
observe por mucho rato este irracional comportamiento y me pareció ver que
estas “fuerzas especiales” no encajaban en ésta toma y en esta protesta, y que
su labor no era precisamente mantener el orden o proteger a los civiles o al
pueblo no pescador y que era mero observador de los acontecimientos, sino que
por el contrario, eran los que precisamente
provocaban para que esto se saliera de su cause y se transforme en otra
cosa que sea noticia nacional, que
justifique su actuar y del que los trajo hasta este rincón tan apartado, donde
no solo son pescadores los que protestan, sino que todos sus habitantes. Creo
que también este fue un mal cálculo que nunca hizo estas fuerzas especiales.
Pues de los miles de ojos que observaban desde todos los rincones y de todos
los cerros. Son todos una familia, la
familia de los pescadores.
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