domingo, 29 de agosto de 2010

EL GENIO DEL INGENIO


ETELVINO AGUILA OJEDA.


Una carrera académica normalmente se le identifica con una disciplina determinada, la disciplina física, la disciplina medica, la disciplina pedagógica, la disciplina legal, la disciplina artística, entre tantas otras nos van identificando con ciertas carreras u oficios de las personas. Pero no necesariamente una persona con una determinada disciplina debe ser un “licenciado” “doctorado” o “master”, un atleta por ejemplo, puede no tener ninguna instrucción académica, pero la disciplina deportiva lo puede convertir en un destacado profesional del atletismo. un maestro para sus pares o un genio para sus contrincantes.
Pero la disciplina en si , es el habito físico o mental que de tanto repetir nos lleva a ciertos comportamientos regulares y eficaces, que suponen esfuerzo y exigencia obteniendo resultados cada vez mejores y superiores que nos permiten progresar y obtener así felicidad , satisfacción en el trabajo y en la obra bien hecha.
Por otra parte, este individuo tiene cierta materia que le permite practicar o tener facilidad para ciertas disciplinas y no para otras, hoy en día hablamos de genes, “lo lleva en los genes”, antes hablábamos de vocación, y con ello nos referíamos a cierta capacidad que adquirida y traspasada por los padres, o por las familias, mas una cuota de esfuerzo y entrenamiento, con mucha disciplina y rigurosidad y con la ayuda de Dios, podíamos llegar a ciertos resultados. Hoy en día “vasta con tenerlo en los genes”, Si el papá era un excelente medico, el hijo que se hace medico también debe serlo, esta es una gran falacia. Se es un buen medico si en su formación académica, hay disciplina, dedicación, esfuerzo, estudio, trabajo, conocimiento, etc.
Si una disciplina determinada, la practicamos y practicamos bajo altas exigencias, en forma sostenida y constante, con estudio, experimentación, esfuerzo.
Sin decaer ni desanimarnos por los resultados y buscando siempre mejorar y superar lo ya logrado, se puede llegar a la “maestría”, y luego quizás a la “genialidad”. Pero el genio está al final del esfuerzo, a la madurez total de la disciplina, a la sublimación de la capacidad y el conocimiento. Y no es un chispazo creativo, una casualística del proceso o una solución espontánea no meditada pero eficaz.
Muchos jóvenes o profesionales jóvenes no se criaron con tiempos de rigor y no lo conocieron a lo largo de sus carreras. Como algunos dicen “es que nosotros tenemos los computadores y la Internet” a lo que tenemos que responder, pues en nuestro tiempo no había. “por eso tuvimos que inventarlas” porque hoy en día serian incapaces de hacerlo.
Otro de los grandes males e los jóvenes de hoy son los logros temporales, exaltados y divulgados como grandes proezas y hazañas, donde no hay muchas veces ningún esfuerzo, ninguna disciplina, ningún trabajo, solo hechos fortuitos que al ser interpretados por alguien con cierta capacidad innata logran un resultado bueno, optimo o excelente, pero que no significa que siempre podrá lograrlo. Como por ejemplo si un chico tiene cierta facilidad para la pintura y se le pide que pinte una muralla y por esos chispazos de genialidad crea una obra de arte, y los medios le otorgan su minuto de fama, simplemente de ahora en adelante será “un artista” aunque en el no exista la mas minima disciplina del pintor. Esto se ve mucho con cantantes, bailarines, actores y otra cantidad de personajes que por tener uno o dos aciertos, se creen importantes profesionales de la disciplina y sin mayor trabajo pretenden vivir o sacar el máximo provecho de ello, pero sin crecimiento, sin superación de lo ya logrado, sin esfuerzo constante, sin llegar jamás a la maestría y a la genialidad , sino que por el contrario van gastando y consumiendo el capital ya logrado hasta empobrecerse tanto que terminan por lo ridículo , lo absurdo y por desaparecer para siempre. Mucha de la mediocridad laboral y profesional que a menudo se maneja entre la torpeza y la negligencia y que es donde nosotros nos toca desenvolvernos, y que solo tildamos de mal servicio , y nunca como mediocridad profesional, es la que nos rodea por todas partes, por ello no es raro escuchar a la gente criticando un servicio, una oficina, una institución, una agrupación, etc. Y muy pocas veces reconocer a una persona por sus cualidades, por su maestría, por su genialidad, pues son muy pocos los que pueden llegar a ella en base a la disciplina, la gran mayoría solo busca que por esas cosas del destino, como dice el refrán “le de el palo al gato” pero nadie parece molestarse por luchar, por trabajar sin descanso, para con una disciplina constante convertirse en maestro, que no necesita cátedra pero que tiene seguidores, por un genio demostrado en cada logro de su disciplina, en cada trabajo que emprende, en cada acción terminada, todos parecen andar buscando el ingenio que los convertirá en genios, solo algunos viejos locos siguen incansablemente todos los días sometidos a una disciplina, a un trabajo, al esfuerzo, a la perseverancia que lo convierte en anónimos y despreciados profesionales , banales he insulsos. Aunque una poca cantidad de discípulos lo reconocen como maestros, los beneficiarios de su trabajo como un genio, y solo con su muerte se convertirá en un gran hombre. Disciplinado, perseverante, maestro y genial.

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